Todos habréis paseado por las calles de Es Pujols, o vagado por los pueblos de San Ferran y San Francesc, y os habréis fijado en algunas de las casas o espacios comerciales (incluido el nuevo hotel de la cadena Pacha), estas fantasiosas esculturas de animales estrambóticos de los colores más vivos colocadas en determinados rincones de la isla para atraer la atención de los viandantes, o simplemente para embellecer los lugares con su viveza.
Quizá no todo el mundo mundo sabe que la persona que contribuyó a hacer la isla más colorida y creativa fue Schoppi, un escultor autodidacta, un personaje extrovertido y singular de origen alemán. Schoppi fue uno de los primeros y últimos hippies que se enamoró de Formentera y decidió pasar su vida aquí. Falleció en 2007 a los 65 años.
Una de las páginas más creativas de la isla corre el riesgo de ser desvanecida por el tiempo, aunque su toque artístico ha dejado una huella indeleble, plasmada en numerosas casas particulares y edificios de toda Formentera. Nos gustaría mantener vivo este recuerdo para rendirle homenaje a él y a sus obras únicas.
Schoppi se enamoró de Formentera 30 años antes de su muerte, y pasaba la mayor parte del año en la isla, disfrutando de unos años únicos e irrepetibles en los que el turismo estaba en sus inicios, y Formentera era un paraíso para unos pocos enamorados.
«Le encantaba navegar en catamarán y le fascinaba el S’estany des peix, su lugar favorito para estar en contacto con el mar y crear parte de sus esculturas», comenta su amiga Ona. «Pasó muchos inviernos en la India, donde recogió su forma de vivir en armonía, respeto y preservación del medio ambiente, además de ser su inspiración artística. Hasta el final su mensaje fue de preservación del medio ambiente y de la vida en Formentera; aún recuerdo cuando instaló su obra de flamencos en La Savina con el mensaje – Salvem Ses Salinas. También tenía una increíble imaginación para la seducción, llamado muchas veces por sus amigos «el playboy de Formentera».
Schoppi se preocupaba por su entorno y especialmente por la isla. En una entrevista con una emisora de radio local dijo: «Sigo viendo el mundo entero con los ojos de un niño, todas las obras que hago están hechas con plástico que recojo en la playa, tierra y material reciclado». Algunas de sus estatuas u obras de arte llevan el nombre de un lugar de la isla, como recordatorio de la playa de la que proceden los materiales reciclados.
Si se conduce desde la Savina en dirección a San Francesc, todavía se puede ver la que fue su casa y taller durante su última etapa, una pequeña casa que durante mucho tiempo contó con todas sus obras en el tejado y en el jardín. (Algunos de ellos todavía se encuentran allí).
Uno de los homenajes más recientes a este artista callejero es el mural de retratos fotográficos que se encuentra en una de las casitas de pescadores de la playa de Migjorn.
Si quieres ver muchas de sus obras por Formentera, puedes echar un vistazo a esta página de Faebook
https://www.facebook.com/schoppi.formentera/
Si la isla de Formentera es única y hasta un poco singular, se lo debemos a Schoppi, uno de los últimos hippies artísticos de Formentera.