Seguramente para muchos de nosotros y de nuestros lectores, este fascinante rincón de la isla, además de ser el más fotogénico, es también uno de los más queridos y únicos de Formentera, tanto porque es un poco más impenetrable para llegar y descubrirlo, o bien porque es aquí que a muchos naturistas les encanta sentirse libres y sumergirse en sus cristalinas aguas.
El espectacular Calò d’es Mort, situado en el sureste de Formentera, ha sido siempre la playa misteriosa, ese lugar legendario para encontrar y buscar con vagas indicaciones de los habitantes locales, recompensado sólo una vez que se llega, por la impresionante vista de toda la costa de Migjorn, hasta el promontorio del Cap de Barberia. Miles de turistas en los últimos años han inmortalizado una foto en el famoso arco o balcón de Calò des Mort, el lugar perfecto para posar y ser fotografiado con esta sensación de estar suspendido en el aire, casi tocando el cielo con un dedo.
Bueno, si eres una de esas pocas personas afortunadas que tienen una de estas fotos, guárdala porque desafortunadamente el balcón no soportó el peso del tiempo, y la lenta erosión del viento y de las lluvias invernales hicieron que la roca se volviera frágil y la dejaron desmoronarse hace unos días. Una pequeña pero legendaria parte de Formentera se ha dejado moldear por los elementos naturales del tiempo, afortunadamente en una época en la que no había gente alrededor.
Aunque el característico balcón del calò de D’es Mort ya no estará suspendido en el vacío y el tiempo, la belleza y la paz que se respirará en este encantador rincón de la isla será siempre la misma.
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