Desde hace algunos años Formentera es reconocida unánimemente como uno de los destinos más comprometidos con la promoción del turismo sostenible y responsable.
Como muestra de ello podemos mencionar diversas iniciativas que las autoridades locales han puesto en marcha para recuperar y proteger la naturaleza virgen de la isla, siempre conocida como un oasis de paz, relax y tranquilidad. Veamos las que más interesan a los turistas que visitarán Formentera a partir del próximo verano.
Las eco-medidas de Formentera: detener la contaminación de coches y motos
El Govern de les Illes Balears ha presentado un proyecto de ley de sostenibilidad ambiental y turismo en Formentera, con una serie de medidas urgentes que entrarán en vigor a partir del verano de 2019.
Empecemos con las noticias más interesantes. Para viajar a Formentera con coche o moto propios se necesitará una autorización previa expedida por el Consell Insular, organismo gubernamental con sede en cada isla de las Islas Baleares. Además, habrá un número máximo de coches y motos de alquiler que podrán circular por la isla. Una gran noticia, tanto para los habitantes, ahora cansados de la invasión estival de ciclomotores, como para el medio ambiente.
La segunda gran innovación que aporta el decreto se refiere a la prohibición de matricular los vehículos diésel a partir de 2025 y los de gasolina a partir de 2035. El objetivo es hacer que toda la «flota» sea eléctrica en 2050. Muchas de las casas de alquiler de Formentera ya han empezado a incluir las motos eléctricas en sus flotas: además de limitar la contaminación, reducen a cero los molestos ruidos de las motos tradicionales. Por la gran alegría de los habitantes locales, que en verano están particularmente molesto con eso.
Otra demostración de la actitud correcta del Gobierno de las Islas Baleares fue la introducción de la ecotasa. Un impuesto turístico, cuyos ingresos se destinan exclusivamente a actividades ecológicas y de protección del medio ambiente.
Otras medidas medioambientales no deberían excluirse en un futuro próximo, para devolver la isla a su estado original de paraíso ecológico.
Otras iniciativas «green» de las navieras
Hay otras iniciativas que destacan por su espíritu verde, como la nueva flota de ferries ECO de Balearia, que conecta diariamente Ibiza y Formentera. Estos transbordadores han sido equipados con paneles solares fotovoltaicos, para proporcionar energía para los servicios a bordo, y un casco de poliéster reforzado con fibra de vidrio, que es más respetuoso con el medio ambiente ya que no requiere la aplicación de pintura.
La otra gran naviera local se llama Trasmapi y desde 2016 ha lanzado una campaña de sensibilización sobre el respeto a la naturaleza de la isla, emitiendo a bordo vídeos que explican la limpieza y eliminación de los residuos en la playa. En 2018 Trasmapi comenzó a alquilar coches Smart 100% eléctricos, que pueden ser reservados junto con el billete de ferry.
La Posidonia Oceánica, un patrimonio que a defender a toda costa
Luego está el Save Posidonia Project, una iniciativa gubernamental creada para recaudar fondos para dedicarlos a la conservación de la Posidonia Oceánica. Es una planta marina – muy parecida a una alga – que, formando praderas submarinas, filtra y limpia el agua.
En resumen, la Posidonia es la «responsable» del mar cristalino que hace de Formentera un paraíso mediterráneo. El objetivo de este proyecto es sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia vital de la posidonia en Formentera, tanto para el presente como para el futuro.
Los turistas del mañana: más atentos, más conscientes
Siguiendo estas pautas, lo más probable es que en los próximos años cambie el tipo de personas que visitarán la isla. Algunos servicios de bajo costo se verán eclipsados. Esto no significa que sólo los ricos puedan disfrutar de unas vacaciones en Formentera, sino que la gente será más consciente del impacto ecológico de su visita, lo que sólo puede ser una buena noticia para todos.
Para los turistas, las medidas para restringir la circulación de coches y ciclomotores no serán realmente un gran problema. Formentera es en su mayor parte llana, con sólo veinte kilómetros de longitud y dos de anchura, lo que significa que ninguna de sus playas está tan lejos de la carretera principal. Bastaría con aumentar el transporte público para evitar cualquier tipo de inconveniente, tanto para los residentes como para los turistas.
En resumen, podemos decir que todavía queda mucho camino por recorrer para llegar al turismo sostenible en Formentera, pero también es cierto que lo primero que hay que hacer es empezar, y así se ha hecho.